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Demencia frontotemporal

La demencia frontotemporal es una enfermedad progresiva que afecta progresivamente las funciones cognitivas y motoras del cerebro y puede conducir a una pérdida progresiva de la coordinación, el patrón del habla, la salida del habla y la personalidad. Ésta es una de las principales causas de muerte en personas mayores de 60 años. Este tipo de demencia tiene muchos síntomas que pueden no ser evidentes al principio.

 

Los síntomas de este trastorno pueden incluir, entre otros: mala memoria, pérdida de la memoria a corto plazo, olvido, incapacidad para concentrarse, hablar más lento de lo habitual, dificultad para hablar, problemas de lenguaje, cambios de personalidad, agitación y agresión, irritabilidad. , pensamientos suicidas, alucinaciones, depresión y sentimientos de impotencia y desesperanza. Otros síntomas que pueden estar presentes en algún momento de la vida de una persona incluyen depresión, ansiedad, dificultad para concentrarse, disminución del interés en las actividades y dificultad para dormir o dormir.

 

Dado que generalmente se cree que la enfermedad comienza al final de la primera década o al comienzo de la segunda década de la vida, es importante buscar tratamiento lo antes posible en las primeras etapas de la enfermedad para prevenir el daño cerebral permanente. La detección y el tratamiento tempranos pueden mejorar la calidad de vida de las personas con demencia frontotemporal y ayudarles a vivir una vida larga y saludable.

 

Aunque existen muchas causas diferentes de demencia frontotemporal, las más comunes son traumatismos craneoencefálicos, infecciones o problemas hereditarios. Los síntomas más comunes de este tipo de demencia incluyen: procesos de pensamiento lentos, problemas para recordar cosas, patrones de habla lentos, problemas de memoria y problemas de lenguaje.

 

Los profesionales médicos creen que la demencia frontotemporal es causada por un desequilibrio de las sustancias químicas cerebrales dopamina y serotonina, que desempeñan un papel importante en el aprendizaje y la memoria. Hay muchas opciones de tratamiento disponibles para las personas que padecen este tipo de demencia, que incluyen:

 

Los medicamentos se utilizan normalmente para tratar los síntomas de la demencia frontotemporal y para retrasar la progresión de la enfermedad. Muchos de estos medicamentos están disponibles sin receta, mientras que otros requieren receta médica. Si bien estos medicamentos no curan la afección por completo, pueden ayudar a aliviar los síntomas del paciente y disminuir el riesgo de que la enfermedad progrese a etapas avanzadas, como la enfermedad de Alzheimer.

 

Un psiquiatra o un neurólogo también pueden recetar medicamentos para tratar a los pacientes que experimentan problemas del habla

 

Algunos de estos medicamentos pueden ayudar a mejorar el habla y las habilidades de comunicación verbal del paciente, mientras que otros ayudarán a controlar las alucinaciones.

 

Independientemente del tipo de medicamento que tome un paciente, la mejor manera de proteger su salud y prevenir la enfermedad progresiva es mediante una combinación de terapia cognitivo-conductual y atención médica. La ingesta diaria de suplementos nutricionales y la práctica de una dieta saludable ayudará a las personas que padecen esta enfermedad a mantener una calidad de vida y a afrontar su deterioro cognitivo.

 

Para muchas personas que padecen una enfermedad progresiva, puede resultar difícil elegir qué medicamentos o métodos de tratamiento tomar. Según el tipo de demencia y la edad del paciente, es probable que las opciones de tratamiento disponibles varíen ampliamente. Las personas con demencia frontotemporal que no pueden cuidarse a sí mismas pueden necesitar una cirugía o tratamientos médicos intensivos.

 

El campo de la medicina está en constante evolución para tratar los síntomas de la demencia frontotemporal y encontrar formas de mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad debilitante. El Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, la Asociación de Alzheimer y el Centro Nacional sobre el Envejecimiento y los Trastornos del Desarrollo son algunas de las organizaciones que han participado activamente en la investigación de esta afección.

 

Hoy en día, las personas que padecen esta enfermedad tienen la capacidad de vivir de forma independiente, pero también pueden tener que depender de sus familiares, cuidadores y profesionales médicos para atender muchas de sus necesidades básicas. Por ejemplo, es posible que algunas personas con la enfermedad no puedan comer sus propios alimentos y, por lo tanto, tengan que comer los alimentos de otras personas. Es posible que necesiten ayuda para vestirse y usar el baño.

 

Desafortunadamente, la etapa inicial de la demencia frontotemporal a menudo puede interferir con la capacidad de estas personas para mantener una vida social, por lo que los cuidadores y otros seres queridos pueden tener que intervenir más y participar. Sin embargo, con la atención y el tratamiento adecuados, pueden vivir una vida feliz y saludable sin la necesidad de depender de otros para la asistencia diaria.

 

 

 

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